Analizar las tendencias de PRIMAVERA/VERANO 2022 ahora tiene más sentido del que pueda parecer, al menos, para quienes se mueven cerca de la industria de la moda. Categorizar, separar y sí, también descubrir cuáles son las narrativas que hay tras ellas. Hacer un trabajo de fondo para que, cuando llegue la temporada, haya transcurrido el tiempo suficiente como para no sentirse abrumada por un torrente de novedad. Implica, como ya se sabrá si se tiene en cuenta el devenir de los discursos sobre consumo, una tentación que pone a prueba los posibles buenos propósitos sobre comprar menos y mejor, sobre no fomentar la sobreproducción. ¿Solución rápida y sencilla? Relacionar las tendencias de primavera/verano 2022 con las de otoño-invierno 2021/2022 que ya se tienen aprendidas, porque al establecer esas conexiones, es fácil determinar lo que nos atrae (si nos gusta algo ahora, es probable que eso otro nos encante dentro de unos meses) y lo que puede salir del presupuesto por resultar puramente continuista, como es el caso de los flecos.
Los vestidos lenceros de invierno, con el efecto satinado de verano
El lila de invierno, con los colores pastel de verano
La sastrería de invierno, con losblazersXL de verano
Las texturas grandilocuentes de invierno, con las transparencias de verano
La Matrioshka de invierno, con las muñecasvintagede verano
Los colores neutros de invierno, con el blanco de verano